domingo, 18 de agosto de 2013

Como un fantasma | El vigilante que mataba políticos corruptos

Una sombra que actúa sólo en la noche, que va contra aquellos que han desestabilizado el país durante décadas, y que no sólo no han sido castigados, sino incluso recompensados con millonarios rescates por su irresponsabilidad y avaricia.

Algo que el hombre de la calle no puedo entender. Esta es su venganza.

Quizás el vigilante es una proyección del inconsciente popular colectivo creado en el mundo físico para hacer justicia.

No tiene nombre. No tiene cara. No tiene identidad. Nadie sabe quién es. Quizás nunca lo sabremos.

Se infiltra como un experto en toda clase de ambientes restringidos y exclusivos sin levantar sospecha.

Cuidado si eres un malvado, porque puede que esté justo detrás de ti en este momento.

Donde la justicia no puede llegar a alcanzar en una democracia corrupta aparecen seres como este, más allá del bien y del mal.

A los políticos no les gusta y tratan de denigrarlo y demonizarlo con toda clase de manipulaciones y demagogias.

La población ya está cansada de sus mentiras y les da igual. Se alegran cada vez que mata. Les alegra que alguien se atreva a hacer algún tipo de justicia y poner orden.

Nunca le delatarán y si tuvieran oportunidad de ocultarlo en su casa el 99 por ciento lo haría con gusto.

Lo único que tienen que temer los gobernantes es a su propio pueblo.

Las viejas mentiras ya no valen y el ajusticiamiento no acabará hasta que el último de los delincuentes haya pagado su culpa o todo haya cambiado hacia algo más justo.

Es un largo proceso que no se realizará de la noche a la mañana, pero tras la noche más oscura llega el amanecer.

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