domingo, 28 de julio de 2013

¿Cómo es la terrible situación de pobreza de la población española en 2020?

El poder adquisitivo y renta percápita de España hoy en día es más o menos como hace 120 años.

Los españoles están en 2020 como a principios del siglo XX, algo impensable hace un par de décadas cuando cierto presidente del gobierno dijo su famosa frase "España va bien".

La única diferencia si acaso es que el avance de la tecnología ha mejorado ciertos aspectos prácticos de la vida. Pero lo que no se pensaba es que la globalización en vez de generalizar la prosperidad en el mundo generalizaría la pobreza, y haría qué países supuestamente desarrollados como España pudieran llegar a vivir en una situación típica de algunos lugares de India y Sudamérica.

En el ranking general de estados en calidad de vida la posición de España ha bajado más de 15 puestos en los últimos años.

Esto en ejemplos prácticos significa que sólo aquellos que tenían un piso o casa en propiedad (que les perteneciera totalmente y no al banco) pueden vivir ahora sin pagar exhorbitantes alquileres o usurarias hipotecas. Aún así muchas de estas viejas viviendas están que se caen a cachos, porque no hay apenas dinero para mantenerlas en condiciones o repararlas. Y las reparaciones que se llevan a cabo (por los llamados chapuzas) se suelen hacer en el marco del mercado negro porque si no los costes son desmesurados.

Estas obras son muy vigiladas por el disminuido sistema fiscal, que aunque se ha reducido mucho, cuando detecta una de estas irregularidades puede poner unas multas y penas muy altas, qué puede significar la ruina total para los participantes en la operación.

Con la tremenda caída del consumo muchos productos ya no se fabrican, y quien los quiere los tiene que importar a través de Internet (en caso de ser posible), pagando unas cannttidades muy altas en aranceles y costes de aduanas.

Mucha gente ya solo se ocupa de cómo obtener comida para sobrevivir. Por eso Mercadona aún sigue siendo un gran invento, con precios aún relativamente baratos; aún así muchos no se pueden permitir siquiera comprar en supermercado, y se aprovechan de lo que se saca por las noches a los cubos de basura, o lo que gente del campo trae a las ciudades.

Muchos centros de ocio han ido cayendo y cerrando sus puertas a lo largo de estos últimos años. Sólo sobrevive una minoría de centros comerciales de super lujo, dónde se pueden hacer cosas como vivir increíbles experiencias de inmersión en mundos de realidad virtual, volar en parapente en un enorme recinto cerrado o esquiar en pleno mes de agosto.

Los demás centros comerciales que se llenaban habitualmente de paseantes los fines de semana ahora parecen territorio de rodaje de las películas postapocalípticas que tanto nos asustaban hace décadas y ahora han ganado mucho en realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario