La UE no consigue adquirir nuevos miembros, nuevos mercados e implosiona

Europa ya no es lo que era, y quien la viera ahora no la reconocería.

Los últimos en entrar fueron algunos de los países de la ex Yugoslavia excepto Albania (¿vetada por ser un país musulmán quizás?).

En plenos peores años de la crisis económica la entrada de estos países,empezando por Croacia, fue considerada por muchos como una broma de mal gusto.

Tampoco se le hizo mucha publicidad mediática intentando camuflar la noticia con otros eventos supuestamente más importantes, deportivos por ejemplo.

Al igual que en su momento el Imperio Romano que tuvo que añadir nuevas conquistas, nuevos territorios para ampliar sus mercados y después terminó cayendo, la Unión Europea había intentado expandirse hasta dónde era geográficamente posible sin llegar a incluir Rusia, Ucrania y Turquía, estados que por población y poder no pudieron ultimar sus negociaciones de adhesión al mega país organismo, y que cuando la UE perdió incluso su buen nombre tampoco quisieron si quiera convertirse en Estados Asociados.

Primero fue vetada su entrada por los países lobby, sobre todo Francia y Alemania por miedo a perder poder frente a ellos. Después fueron estos países candidatos los que ni por asomo querrían ser parte de la UE en plena decadencia de la institución.

Se había vendido la idea (sobre todo Alemania) de que todo el mundo quería pertenecer a la Unión Europea, la UE era guay, y esto cambió hasta convertirse en una realidad. Incluso muchos de sus propios ciudadanos tuvieron que elegir entre convertirse ellos mismos en emigrantes al nuevo mundo y a Asia principalmente, o buscar cómo sobrevivir en un continente moribundo, pasto de los políticos y piratas financieros. Esto fue una cura de humildad para muchos europeos, con su visión eurocentrista del mundo y de la historia.

Aún así, como si vivieran en una realidad aparte, la mayoría de los políticos aparentemente y públicamente nunca hablaron de ello si siquiera fueron conscientes del cambio. O quizás era un tema tabú, reflejando una vez más la total desconexión entre la élite política y los problemas de la población.