sábado, 24 de agosto de 2013

A la caza del vigilante que mataba políticos corruptos

Félix iba a recibir hoy su encargo de infiltración.

Félix se dirigió a la central secreta para reunirse con su jefa. Aún no sabía cuál sería el nuevo trabajo que le encargarían, y tuvo que pasar el detector de seguridad y el resto de protocolo para que se aseguraran que no grababa nada.

El edificio no llama la atención ni levanta ningún tipo de sospecha; parece un edificio de oficinas normal y corriente aunque sin ningún nombre, letrero o logotipo. Sin embargo es la sede del centro de seguridad nacional creado hace unos años de forma casi secreta, una especie de Lubianka de la KGB, cuartel general de la Gestapo o más bien la CIA española. Aquí reciben destino cada uno de los cientos de agentes de seguridad y policías infiltrados en las diversas organizaciones de todo el país.

Felix baja en el ascensor hasta el sótano, donde en una oficina con decoración espartana se reune con su jefa, esa pedorra. Lo que él sospechaba se hace realidad: le destinan a buscar, conocer y después informar sobre el misterioso asesino de políticos y empresarios que está atacando misteriosa y silenciosamente el país a la manera de Jack el Destripador en el Londres victoriano y "creando alarma social".

No saben muy bien si se trata de un  individuo o varias personas de una organización criminal terrorista. Los servicios de inteligencia no sabenn todo todas las veces...

¿Cómo empezar una investigación así? Felix no tiene ni idea y sus superiores tampoco le pueden guiar en ningún sentido, porque nadie tiene ni puta idea. Solamente le dicen que de nuevo ya no trabaja ahí, no le reconocen, ni le pagan la seguridad social, ni tiene laboralmente ningún contacto con las fuerzas de seguridad (en caso de que le atrape el enemigo) a partir de ahora volverá a vivir a la calle.

Felix no tiene opción, salvo renunciar y perder el trabajo.

Mejor acostumbrarse a la idea de que le vendrá bien un cambio de nuevo (no hay más remedio), y recordar viejos tiempos de pobreza, volver a encontrar viejos conocidos... Sin embargo no le apetece ahora mucho embarcarse en una aventura a lo "El Corazón de las tinieblas", buscando a Kurt en el negro corazón de Madrid o del país, o donde se esconda ese terrorista revolucionario mientras España termina de colapsar y morir de embolia.

Bueno, ya se le ocurrirá algo. Hasta ahora siempre ha salido adelante.

Antes de que se vaya, la recuerdan que su objetivo es acabar con el asesino no detenerlo o entregarlo. Search and destroy, como aquel que dice.

Mientras abandona el edificio Felix comienza a desarrollar en su cabeza un esbozo de estrategia...

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