jueves, 1 de agosto de 2013

La élite plutócrata que secuestró la democracia e hizo pagar al ciudadano después su rescate

¿Quiénes son esta élite extractiva y plutocrática que lastra el país y crea mayor dificultad y desigualdad para todos?

La elite de plutocratas que secuestró la democracia e hizo pagar al ciudadano después su rescate aún en 2020 sigue en el poder.

Esta élite no son solamente los políticos y algunos de los más poderosos empresarios y banqueros del país; también son muchos cargos públicos, funcionarios en posiciones privilegiadas, relacionadas con organismos oficiales, diplomáticos, embajadores, directores de fundaciones, museos, consejos...  entre otros.

Al igual que pasaba en la Rusia soviética quien esté relacionado con el partido (en este caso sobre todo con los dos partidos políticos dominantes) siempre estará en una situación privilegiada.

Cómo están en el poder pueden hacer sus propias leyes para favorecerles, y cubrir las huellas de sus propios engaños, directa o indirectamente y perjudicando al resto de la sociedad, que confió en muchos de ellos en el momento de elegirles.

En política da igual que haya conflicto de intereses y que los decisores sean parte interesada y beneficiada en la decisión. Es un tema que siempre le fallo a la democracia y que debería haberse tratado y solucionado en algún momento. Algunos países lo hicieron; otros aún no.

Al igual que pasaba en las primeras democracias griegas el problema es que no todo el mundo podía participar igualmente en la vida política, porque la gente que tenía trabajos que realizar en el campo no podía estar participando en consejos y votaciones todo el tiempo. Por eso delegaban y con el tiempo se fue creando una élite que solamente hacía eso, dedicarse a la pantomima política. Al final este grupo se convirtió en un grupo de parásitos sociales.

Cuando los tiempos van bien todo el mundo confia de todo el mundo, el dinero fluye libremente como champán, y se puede subvencionar a estos individuos aunque no hagan su trabajo correctamente e incluso se beneficien directamente de sus errores. No pasa nada. Pero cuando llegan las dificultades, se requiere eficiencia para que la economía vuelva a funcionar correctamente, y lo superfluo se elimina sin contemplaciones.

Cada uno tiene que luchar con los otros para sobrevivir, y el hombre se convierte en un lobo para el hombre. Esta élite parasitaria extractiva es ahora muy perjudicial y dañina para la economía del país.

Por eso es que hay ahora en 2020 numerosos intentos por muchos grupos y partidarios de limitar, restringir o eliminar a este grupo creado artificialmente y que ahora se ha convertido en una verdadera amenaza para el funcionamiento de la sociedad.

Uno de los problemas es que los políticos son los maestros del arte de la retórica, la demagogia y manipular la realidad. Siempre van a tratar de imponer directa o indirectamente, con métodos psicológicos cubiertos o descubiertos y persuasión la visión de la realidad que más les convenga, de lo que es justo y lo que corresponde hacer, utilizando el poder de las palabras, jugando con el lenguaje,  redefiniendo dentro de términos como terrorista o subversivo a quienes están en contra de sus intereses. Esta nueva terminología y propaganda será en 2020 a menudo replicada por los medios a su servicio.

Otro de los problemas es que esta élite política vive en perfecta simbiosis con el grupo de extractores y parásitos financieros que les subvencionan para mantenerse en el poder, a cambio de que regulen en su interés, que a menudo es opuesto al interés del resto de la sociedad. Por ejemplo la demostrada relación entre los bancos, cajas de ahorros y partidos políticos; el intercambio entre consejeros y financiación entre estos grupos, salpica de escándalos políticos y financieros a los gobernantes españoles desde el principio de la década.

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