miércoles, 7 de agosto de 2013

Un ordenador con procesador 486 puede gobernar España mejor que Mariano Rajoy

¿Qué se puede hacer cuando los propios criminales son los gobernantes?

Cuando el tipo más sofisticado de crímen es la política y el gobierno es parte del problema poco se puede hacer para mejorar una sociedad en plena decadencia y colapso.

La ley en 2020 ya no se respeta ni por los que la hacen ni por los que deberían cumplirla.

Toda la autoridad moral y liderazgo se han perdido, se perdieron hace tiempo y todo se relativiza. El crimen se relativiza y se compara con los crímenes y abusos del oponente para llegar a la conclusión de que el propio crimen no es tan malo.

Porque ya nadie confía en nadie y una sociedad basada en la desconfianza es insostenible a largo plazo. Y desde que estalló la última crisis, en verano de 2008, en 2020 aún estamos sumidos en el pantano.

Los avanzados europeos y el mundo occidental miraba con desdén a países menos desarrollados del llamado tercer mundo o en vías de desarrollo. Ahora en algunos casos se han invertido las tornas en aquellos países que han sabido aprovechar la globalización. ¿Qué fue de la ética protestante del trabajo de Max Weber? Cualquiera que leyera esta obra ahora se reiría de sus muchas ideas ridículas y simplistas, equivocadas procedentes de un pasado que no tenía ni idea de situaciones como la Gran Recesión.

Con la globalización sí se ha logrado igualdad en el mundo, pero no como esperábamos: la mayoría de los sueldos europeos se parecen ahora a los de Europa del este, o Asia. Millones de personas sí han salido de la extrema pobreza, sobre todo en China, Indonesia y la India. Los super ricos del mundo ahora son más ricos aún y forman una élite global de plutocratas. Balance: Más igualdad y más desigualdad en el mundo paradójicamente.

Volviendo a España: El tiempo de permanencia en el poder de los últimos presidentes españoles se ha ido reduciendo cada vez más a una legislatura, media legislatura, un año, y últimamente apenas unos meses, como en los gobiernos de coalición del comienzo de la democracia. Esto se traduce en inestabilidad, aunque no nos engañemos con efecto y causa. Más bien esta inestabilidad política es un reflejo del resto de inestabilidades y crisis en el país.

¿Y además, cómo puede ser que varios de los últimos presidentes de España estén hoy en prisión?

Debido a que la política y el poder corrompen inherentemente se buscan sistemas alternativos, por ejemplo basados en los nuevos y poderosos avances en computación cuántica. Los canadienses parecen haber dado con algo.

La política al fin y al cabo busca mejorar la calidad de vida del sistema que organiza, por eso debería hacerlo de la manera más eficiente posible aún a costa del interés de unos pocos. Que mejor manera que usar super ordenadores para este fin.

La parasita élite política no está interesada en que triunfe la tecnocracia, como se denomina despectivamente este sistema, porque perderían su poder y sus privilegios. Por eso tratan de presentar el sistema como más ineficiente y peligroso basándose en los miedos de parte de la población a la tecnología y las máquinas, los cambios y disrupciones que producen en la sociedad.

¿Cómo puede ser que Matrix, Terminator y otras películas que explotan los miedos a la tecnología sean programadas cada semana en televisión?

Automatización y maquinización llegan por fin al plano del poder, macroeconomia y política, e igual que los trabajadores durante la revolución industrial y la Revolución digital perdieron sus trabajos o tuvieron que aprender nuevos sistemas para adaptarse al presente, ahora los políticos ven sus barbas pelar. Ellos son los nuevos luditas, aquellos obreros que durante la Revolución Industrial destruían las máquinas que les quitaban los trabajos.

Con esto se aumenta enormemente la eficiencia y se reduce hasta cero la corrupción política.

En cualquier caso existe el dicho que un ordenador con procesador 486 puede gobernar España mejor que Mariano Rajoy, o que Zapatero, Aznar o Felipe Gonzalez. El nombre utilizado cambia según la orientación política y gustos personales de cada uno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario