Existen sistemas de espionaje que la gente ni siquiera sabe que existe porque si no tendría miedo a sus teléfonos móviles

Existen sistemas de espionaje que la gente ni siquiera sabe que existe porque si no tendría miedo a sus teléfonos móviles y aparatos electrónicos inteligentes conectados a Internet.

Como dijo el creador de Wikileaks en su momento: cualquiera que tenga una cuenta de correo de Google o una Blackberry, un iPhone o smartphone similar está vendido.

Incluso no requiere mucho personal ni excesivos recursos tecnológicos porque casi todo está automatizado gracias al reconocimiento de voz. Programas de software bastante sencillos se pueden utilizar (y de hecho se utilizan) para espiar a millones de personas, es decir a toda la población de este país y del resto.

Con el motivo supuesto de poder evitar posibles emergencias nacionales ( y con el motivo real de protegerse la élite poderosa frente a sus adversarios) y también para evitar la actuación de bandas criminales y grupos terroristas se ha institucionalizado el espionaje de la población de manera sistemática y automatizada en 2020. Posiblemente los medios para implementar el "gran hermano" ya existieran desde la creación del ordenador personal por Apple, pero ponerse en práctica ha sido desde comienzo de la última década.

De esta manera, cuando se detectan alguna de las palabras "prohibidas" pertenecientes a una lista de términos o palabras consideradas subversivas o criminales salta la alarma en el sistema y comienza la vigilancia automatizada y la grabación. Es entonces cuando se graban y escuchan estos momentos de la conversación, que después son analizados y transcritos en busca de asuntos criminales y conversaciones peligrosas.

En un sistema muy perfeccionado que haría sonrojarse a los comunistas de la Unión Soviética o a la Stasi de la Alemania del Este, con la excusa de detectar el posible crimen se vulneran los derechos de privacidad de millones, prácticamente toda la población española, ¿porque quién no tiene un móvil hoy en día? y no sólo en España sino en todo el mundo.

Y si empezamos a hablar ya de gps, geolocalización y las posibilidades que proporcionan las cámaras instaladas en los teléfonos y ordenadores la realidad es más terrorífica que la ficción en 2020.